La creatividad comienza cuando rompes tus propias etiquetas
La creatividad se ha convertido en uno de los "soft skills" más valorados por las organizaciones. Se busca construir entornos más ágiles, innovadores y colaborativos. Pero hay una barrera que muchas veces se ignora: el miedo a no ser creativos.
Durante mucho tiempo se ha vinculado la creatividad con el arte, el diseño o la publicidad. Por eso, no es raro que perfiles técnicos o de negocios se sientan "no creativos". Yo también me sentí así.
Un viaje personal hacia la creatividad

Estudié administración y negocios internacionales. Siempre me dijeron que era estructurada, estratégica. Y por mucho tiempo creí que la creatividad no era para mí.
Cuando empecé a trabajar en recursos humanos, algo en mí quería ir más allá de los procesos. Descubrí el design thinking y conocí a reboot. Fue un inicio, pero también una nueva barrera: ¡yo misma me limitaba!
En las sesiones de ideación, tenía muchas ideas pero no las compartía. Me daba miedo sonar ridícula. Me sentía fuera de lugar. Hasta que llegó a mí el libro Creative Confidence, de los hermanos Kelley. Sentí que me hablaban directamente.
"Cuando rompamos con nuestras propias limitaciones y nos reconozcamos como personas creativas, estaremos listos para crear cosas increíbles."—David Kelley (Fundador de IDEO)
Fue ahí cuando entendí que la creatividad es una habilidad. Y como toda habilidad, se puede entrenar.
{{cta-servicio}}
Confianza creativa: creer que puedes crear
La confianza creativa es la creencia de que puedes generar cambios en tu entorno a través de tus ideas. Y como toda confianza, se construye. Aquí te comparto algunas cosas que me ayudaron a desarrollar la mía:
#1 Deja de llamarte “no creativo”
Cada vez que dices "no dibujo", "no cocino", "no se me ocurren ideas", te estás condicionando. Reconócete como una persona creativa, aunque aún no lo sientas del todo. Fíngelo hasta que lo creas. Tu cerebro irá construyendo esa realidad contigo.
#2 Reconoce tus miedos
Detrás del "no soy creativo" hay una historia, una experiencia. Hazte estas preguntas:
- ¿Cuándo sentiste que no eras creativo?
- ¿Por qué?
- ¿Qué sentiste en ese momento?
- ¿Qué necesitas para volver a intentarlo?
#3 Acepta el “Not yet”
En Reboot aprendí el “no juzgar las ideas de los demás”, ya que no hay idea buena o mala, todo es parte de un proceso, y si bien es complicado de entenderlo aún, lo más difícil creo yo es, no juzgar tus propias ideas.
Debemos darnos cuenta que dentro de nuestro proceso de aprendizaje hay un momento del “not yet” (todavía no), que es aceptar que estás avanzando pero que aún no llegas a la “meta”, y esto solo nos brinda la oportunidad de seguir mejorando.
Respetemos esta parte de nuestro proceso y no nos comparemos con otros, cada ser humano es distinto y avanza a diferentes ritmos.
#4 Genera ideas por montones
Haz lluvias de ideas rápidas. Usa preguntas como: ¿Cómo podríamos [reto]?
Ponte 7 minutos y lanza todo lo que se te ocurra. Usa post-its o herramientas como Miro. No pienses. Solo escribe. Cuantas más ideas generas, más ejercitas tu creatividad.
Ejemplo: ¿Cómo podríamos ser más creativos en el trabajo?
#5 Nútrete de nuevas experiencias
La creatividad es conexión. Y para conectar ideas, necesitas materia prima.
Mientras más experiencias tengas, más insumos para combinar tendrás. Ve películas, escucha historias, conversa con personas distintas a ti. ¡Todo suma!
Hace dos años llegué a reboot y aprendí que desbloquear tu creatividad abre una ventana de oportunidades. Hoy sé que no era que no era creativa. Era que no me lo había permitido.
Y tú, ¿ya empezaste tu camino hacia la confianza creativa?